miércoles, 3 de octubre de 2007

Producir poco, producir mejor



Pongo la foto de un queso de Idiazábal ahumado. Es una de las maravillas de la naturaleza y del mundo moderno. El queso de Idiazábal, como todos los productos locales y de producción escasa, pasó malos años. Parecía que todo lo que no fuera industrial estaba destinado a desaparecer. Afortunadamente el coraje de ganaderos, queseros y las instituciones (por una vez...) consiguió crear la denominación de origen que protege este queso.
El resultado: un queso delicioso, que permite unos ingresos decentes a los que se dedican a esta industria, y gracias a ello se evita la despoblación, y se preservan los usos tradicionales.
Con frecuencia nos intentan vender que si un producto no está fabricado en serie (que no en serio), esterilizado, conservado, etc por una multinacional no es digno de ser comido. Y con él, todos los conservantes, estabilizantes, aromatizantes y homogeneizantes autorizados. Por cierto, ¿habéis mirado una bolsa de cualquier comida? ¿se puede saber quién o donde se fabrica? Pero eso es objeto de otros mails.
Seamos positivos, digamos que no: se deben potenciar los productos locales de calidad, y procurar consumir menos y mejor. En nuestro mundo el problema no es la desnutrición, precisamente. Por eso me gusta el movimiento slow food y he puesto un vínculo en este blog.
¡Toma Idiazábal, Nestlé!.

No hay comentarios: