jueves, 8 de abril de 2010

La risa (y el llanto)va por barrios

Es triste ver a una persona a la que se le acusa de corrupción, a la que el juez acusa a su vez de cachondearse de todo el mundo. Es triste ver que una persona pueda ser inocente - porque existe esa presunción - y que su vida pueda llevarse un revés tremendo e inmerecido.
Pero esas consideraciones las debemos tener para todo el mundo, porque le podemos hundir la vida y torcer en casos de políticos relevantes el funcionamiento democrático.
Todo esto lo escribo porque el PP - o en su día AP - y la clac mediática no tuvieron ningún reparo en denunciar a troche y moche todo lo que no les gustaba, con la razón o sin ella. El daño para algunas personas fue brutal, y dado el funcionamiento deplorable de la justicia española, su reputación no fue limpiada más que muchos años después, lamentablemente poco antes de morir.
Para ilustarlo está el caso de Demetrio Madrid, el primer presidente autonómico de Castilla y León, socialista (si, en su día en Castilla había presidentes y alcaldes de izquierdas ) a quien acusaron de favorecer a su empresa familiar abusando de su cargo. Años más tarde, tras perder las elecciones, tras estar hundido, los tribunales archivaron el caso. Y aqúí paz, luego gloria. Ni una disculpa.
Por no hablar del inexistente "caso Expo" que tanto arruinó la vida a Casinello y tanto rédito dio al PP: no había caso, pero este hombre fue hundido, igual que la reputación de Felipe González y del PSOE. ¿tuvo que ver con el cancer que desarrolló y le llevó a la tumba a los 65 años? No lo sé, pero tampoco hubo disculpas del PP, de ABC, de la clac.... lo que les importa es joder vivo a quien se les oponga.
Me da pena Matas. Por todo eso. Que la justicia funcione deprisa y el electorado le pase factura si es culpable. Aunque siendo del PP a él le pondrán una medalla en cualquier caso. Al tiempo.

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