jueves, 6 de marzo de 2008

Viva Zapatero

Viva Zapatero, si.
Vota PSOE, también.
Defiende la alegría, los buenos modales, el debate, la moderación.
Parece de risa, pero todavía tenemos que andar así: estamos a finales de la campaña electoral, pero tenemos que seguir dándole a la piragua porque tememos que todavía pudiera ganar el PP. Desconozco lo que dicen las encuestas a día de hoy, pero todos sabemos que hay indecisos, que hay atentados, que hay metidas de pata de última hora que pueden mandar todo al traste. ¡Que nervios!
El miedo no es tanto por la victoria del PP, per se, sino por lo que representa: cuatro años de durísima presión mediática, de mentiras, tergiversaciones, falacias y todavía hoy, insultos y descalificaciones. Ahora se olvida de la campaña sobre los atentados del 11M, los ataques al estado laico, la negación a cualquier consenso en materias clave, y en particular, el terrorismo, donde ha sido impresentable.
Nada de esto es nuevo: desde 1990, cuando Aznar tomó las riendas de este partido, su estrategia ha sido la de la confrontación con cualquier tema, cualquier excusa, pero con una característica: la descalificación y el insulto. Inicialmente concebido como un partido de centro, moderado, poco a poco, a medida que ha copado poder, se ha transformado en un partido de derecha dura e intransigente.
Porque no lo olvidemos: el PP ha concentrado el máximo poder posible en este país: gobierno central, autonómico (12 de 17 autonomías), local (casi todas las capitales de provincia), consejo del poder judicial, tribunal constitucional. Casi nada.
Ese mal talante no paró cuando Aznar llegó por fin al poder, cuando no desclasificó ni aclaró el tema de los GAL, que tanto le ayudaron a subir al poder. Nada de nada: su interés por los derechos humanos era, como debíamos suponer, nulo. Aznar aprovechó toda la maquinaria estatal a su alcance para descalificar, y en lo posible destruir, a su enemigo político: el PSOE. No soporta, no concibe perder, que le hagan de menos.
Y durante la legislatura de Zapatero, ha seguido no sólo en el Congreso, sino a través de toda su constelación mediática (La razón, Mundo, ABC, Cope, Popular TV, Intereconomía), social (Foro de la Familia y adheridos), religiosa (la conferencia episcopal). Incluso el papa se sumó a proyectos del PP tan evangélicos como el trasvase Ebro- Segura. Incluso la AVT se ha transformado en un grupo parapolítico cuya crítica al gobierno ha calcado los mensajes del PP, incluso si para ello tenía que enfrentarse con otras asociaciones de víctimas no tan de su gusto.
En este contexto, el gobierno ha tenido que lidiar con situación adversa, y por qué no decirlo, ha ejercido una política de comunicación nefasta cuando no inexistente. No se ha lucido, no ha transmitido y no se ha visto. Se ha metido en líos como el Estatut que de tan mal gestionado, le ha costado muchos apoyos, y no le ha ganado ninguno, siquiera en Cataluña.
Creo sinceramente que la gestión de Zapatero ha sido positiva en cooperación internacional, educación, investigación, economía, cultura, etc. Me parece especialmente brillante la atención a la dependencia.
Todo ello merece un aprobado bastante alto, frente a una oposición de suspenso.
Viva Zapatero, viva al libertad, viva la concordia.
Vota Zapatero.

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